La cueva se creó sobre arenas, margas y calizas del cretácico superior (100 m.a.-72 m.a.) y sobre conglomerados, areniscas y arcillas del oligoceno-mioceno (40 m.a.-23 m.a.). Es una compleja red de pequeñas salas unidas mediante cortas galerías repletas de espectaculares formas de estalagmitas y estalactitas. Sus formaciones asemejan cortinas, columnas y cascadas pero, además de piedras, esta maravillosa y sobrecogedora cavidad alberga una gran cantidad de fauna fósil y viva.

Se trata también de un punto de gran interés geológico y representa los procesos responsables de generar formaciones endokársticas. El agua subterránea cargada de carbonatos disueltos rezuma por las paredes y el techo de las distintas cavidades de la gruta, generando, lentamente, diversas y extravagantes formas fruto de la precipitación de los carbonatos.

Las cuevas fueron descubiertas en 1961 y en su interior se descubrió el enterramiento del homínido más antiguo de Aragón. El conocido como “Hombre de Molinos” tiene 25.000 años de antigüedad y si quieres ver sus restos, solo tienes que acercarte al museo de la localidad.

Con esta excursión pudimos conocer un laboratorio natural. Y es que de eso se trata, las salidas de campo son una de las herramientas educativas más interesantes y en este caso nos sirven para abordar con los estudiantes unos contenidos que, aun siendo parte del currículo oficial, se tratan generalmente de una manera teórica. En las excursiones como esta, se cubren aspectos de clima actual y pasado, de cambios geoquímicos desde las atmósferas pretéritas hasta la atmósfera actual.