Recibimos una cálida bienvenida en el centro de visitantes de Torla, además de una breve introducción de una parte de todo el trabajo científico que se realiza en el parque.

A continuación, visitamos el antiguo mirador para disfrutar de las vistas y conocer de cerca una estación meteorológica. Los compañeros de AEMET se acercaron y nos explicaron el funcionamiento de dicha estación y toda su funcionalidad.

Tras ello, estaba a punto de comenzar nuestra ruta. Primero llegamos a la pradera y emprendimos el camino de descenso por Turieto Bajo de regreso a Torla.

El camino de Turieto Bajo es la antigua vía de comunicación entre Torla y las praderas de Ordesa.  Este sencillo y bien señalizado recorrido tiene como alicientes el paso sobre el bonito puente de la Glera, las vistas sorbre las cristalinas pozas del río Ara, un paseo por un umbrío y fresco bosque de hayas, pinos y abetos y las vistas sobre las cascadas de Tamborreta, Molinieto y los Abetos. Se trata de una ruta alternativa a la famosa Cola de Caballo y que cuenta con muchos puntos de interés en sus siete kilómetros de longitud.

El puente de las Fuentes, que da acceso a la pradera de Ordesa es lo primero que nos llama la atención. Desde aquí observamos los valles en forma de “U” creados por la acción erosiva de la lengua glaciar al avanzar por el fondo de valle. Tiene un fondo relativamente plano y en sus flancos encontramos laderas escarpadas.

Los glaciares tienen la capacidad de transportar indistintamente materiales de diferente tamaño, que van desde grandes bloques a materiales finos. Estos materiales caen en la capa de hielo y son transportados hasta su deposición final.

Mondarruego con sus 2.895 m se ve al frente. Más abajo, a la derecha, en sombra, Peña Duáscaro con 1.690m, y a la izquierda se adivina el famoso anticlinal de Torla, el pliegue de San Antón.

El Monumento al parisino Lucien Briet, explorador y fotógrafo francés gracias al cual y a sus trabajos de difusión de las maravillas de Ordesa fue declarado en 1.918 este espacio Parque Nacional.

Disfrutamos de un recorrido precioso además aprendimos muchas curiosidades con las explicaciones de Jorge, Marta y Javier durante el camino.

Finalmente llegamos a Torla y fuimos a comer a Broto para ver la cascada del Sorrosal.